“Eres mía. Desde el minuto en que te dije que separases las piernas y lo hiciste, tú eras mía. Cuando te dije que rogaras y lo hiciste, tú eras mía. Cuando pusiste tus manos detrás de tu espalda sin indicártelo, tú eras mía”.No. Dios, no.
Mi nombre es Mónica, y no importa lo que Jonathan diga, no soy sumisa.
enlace roto,lo puedes arreglar ???...los podéis mirar todos porque parece que están casi todos rotos !!! muchas gracias
ResponderEliminar